SAUVIGNON BLANC


La sauvignon blanc es una uva de piel verdosa originaria de la región francesa de Burdeos. Probablemente tomó su nombre de las palabras francesas sauvage ("salvaje") y blanc ("blanca"), debido a sus primitivos orígenes en el suroeste de Francia. La sauvignon blanc es una uva intrépida, sin miedo a viajar y emprender nuevas aventuras. 

Así, en la actualidad se encuentra en prácticamente cualquier buen país productor de vino. Se trata de una variedad que brota tarde y madura pronto, es decir de ciclo corto. Le gusta el sol, pero con moderación, pues un exceso de temperatura puede destruir su sugestiva aromática. Las maduraciones lentas favorecen la concentración de aromas por lo que se siente feliz en climas frescos o a cierta altitud. 

Cuando éstas no son las condiciones, muchos vendimiadores tienden a recolectarla algo antes del punto óptimo de maduración para asegurar su frescor, sacrificando parte de su aromática. Por el contrario, una vendimia tardía desvirtuaría la esencia del sauvignon convirtiendo los vinos en grasos y aplatanados.

Su color blanquecino fue evolucionando con el paso del tiempo hasta adquirir el tono verdoso que hoy la caracteriza. Adquiriendo así un aspecto fresco, el viñedo contiene bayas pequeñas que forman un racimo pequeño y compacto, en el que los granos llegan incluso a perder su forma, dada la presión que hay entre ellos.


La uva blanca Sauvignon Blanc produce un vino cuya explosión de sabor tiene que atacar a las papilas gustativas, si madura mucho pierde la acidez y se apaga, por eso se deben recoger en vendimia cuando estén llenas de aroma y de una acidez verde, en lugar de centrarse en la madurez de azucar supuestamente adecuada. 

Para conseguir este equilibrio el clima debe ser la prioridad, no necesita mucho calor, admite un clima marítimo o continental más fresco, aunque al final el suelo también influirá en el sabor.La uva blanca Sauvignon Blanc produce un vino cuya explosión de sabor tiene que atacar a las papilas gustativas, si madura mucho pierde la acidez y se apaga, por eso se deben recoger en vendimia cuando estén llenas de aroma y de una acidez verde, en lugar de centrarse en la madurez de azucar supuestamente adecuada. 

Para conseguir este equilibrio el clima debe ser la prioridad, no necesita mucho calor, admite un clima marítimo o continental más fresco, aunque al final el suelo también influirá en el sabor.